El milagro

Otra vez se acerca el milagro. De nuevo el aire se llena de aromas nuevos y los pájaros trinan como locos llenando el espacio con su canto. Los azules del cielo se vuelven más intensos y el río corre más alegremente entre los árboles de la ribera al recibir la nieve de la sierra. Otra vez hay algo en el ambiente que parece hacer que la sangre transite más deprisa por nuestras venas. Ocurre todos los años, y sin embargo siempre parece nuevo y diferente. Los árboles muestran sus brotes estallando de vida y el aire se hace cálido y suave, lejos del frío del invierno.

La fugaz belleza de las flores de los frutales, las multicolores florecillas que llenan el campo, cualquier pequeño trozo donde la hierba pueda crecer, se convierten en éste tiempo en un derroche alegre de colorido, y a veces, tras algún chaparrón, por desgracia éste año poco frecuentes, todo toma un aspecto de recién lavado que aviva aún más los matices de ésta explosión de color que se ofrece a nuestros ojos en primavera.

Aunque a veces éste convulso mundo en el que vivimos, nos de la impresión de que todo está trastocado, un paseo por el campo en primavera nos devuelve la confianza en que hay cosas que permanecen inalterables y que la Naturaleza actúa ordenadamente a pesar de todo.
Disfrutemos el espléndido espectáculo que éste renacer natural nos brinda sin desperdiciarlo, respiremos profundamente éste aire lleno de aromas vitales, y apreciemos éste regalo que se nos ofrece, y que siempre parece un milagro.

Las fotos que acompaño pertenecen a dos frutales que se encuentran, uno en una huerta y otro en un pequeño jardín, ambos de Coca.