La fugaz belleza de las flores de los frutales, las multicolores florecillas que llenan el campo, cualquier pequeño trozo donde la hierba pueda crecer, se convierten en éste tiempo en un derroche alegre de colorido, y a veces, tras algún chaparrón, por desgracia éste año poco frecuentes, todo toma un aspecto de recién lavado que aviva aún más los matices de ésta explosión de color que se ofrece a nuestros ojos en primavera.
Aunque a veces éste convulso mundo en el que vivimos, nos de la impresión de que todo está trastocado, un paseo por el campo en primavera nos devuelve la confianza en que hay cosas que permanecen inalterables y que
Disfrutemos el espléndido espectáculo que éste renacer natural nos brinda sin desperdiciarlo, respiremos profundamente éste aire lleno de aromas vitales, y apreciemos éste regalo que se nos ofrece, y que siempre parece un milagro.
Las fotos que acompaño pertenecen a dos frutales que se encuentran, uno en una huerta y otro en un pequeño jardín, ambos de Coca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario